Lograr que un niño use sus audífonos de forma constante puede ser un desafío. Para los pequeños, un dispositivo nuevo puede sentirse incómodo, extraño o, simplemente, algo que “no quieren”.
La clave está en transformar el uso del audífono de una obligación a una parte natural y deseada de su día.
En este artículo te contamos algunas estrategias para motivar a tu hijo sin caer en conflictos constantes.
Crear una rutina constante y gradual
El cuerpo y el cerebro necesitan tiempo para adaptarse a la amplificación del sonido. Comienza despacio:
- Empieza con diversión: Colócale los audífonos justo antes de una actividad que realmente disfrute. Así asociará el “oír bien” con algo positivo.
- Tiempo definido: No esperes un uso de día completo desde el inicio. Fija un tiempo corto y auméntalo gradualmente. Anotar las horas en un calendario puede servir como un registro visual de su progreso.
- Rutina matutina: Incorpora los audífonos como parte innegociable del proceso de vestirse y prepararse. Igual que se pone los zapatos, se pone los audífonos.
Empoderar a tu hijo a través de la personalización
Un audífono debe ser motivo de orgullo, no algo que se esconda:
- Selección activa: Involúcralo en la elección del color para que sienta que realmente es suyo. Los audífonos modernos vienen en tonos divertidos y vibrantes.
- Decóralos: Usa stickers pequeños, tubos de colores o accesorios diseñados para audífonos. Esto convierte el dispositivo médico en un accesorio genial que refleja su personalidad. En Audikids contamos con opciones que le encantarán.
- Haz que “oír” sea un superpoder: Habla de los audífonos como herramientas que le dan un “súper oído” para entender y disfrutar más. Conecta el dispositivo con beneficios tangibles que el niño valore.
Refuerzo positivo y paciencia
La motivación funciona mejor que la confrontación:
- Elogia el esfuerzo: Premia la constancia, no solo el resultado. Un sistema de recompensas simple por usar los audífonos durante el tiempo acordado puede ser muy efectivo.
- Mantén la calma: Si el niño se quita los audífonos, respira y vuelve a colocarlos con tranquilidad. Evita que quitarse el dispositivo se convierta en una forma de atraer atención o provocar una reacción.
Recuerda que este es un proceso de adaptación, y la paciencia es el componente más importante. Con rutina, positividad y apoyo constante, tu hijo se acostumbrará a sus audífonos, abriendo la puerta a un mundo de sonidos y comunicación.
Si los desafíos persisten, su audiólogo será el mejor aliado para evaluar el ajuste o proponer nuevas estrategias.
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